La naturaleza efímera de lo humano y sobre todo en la figura femenina presentada un tanto desmaterializada, como metáfora en la dualidad sobre la capacidad de dar vida ante la inevitabilidad de la finitud. Ferreras pinta de manera inconsciente la fuerza inherente a la feminidad, la capacidad de enfrentar y trascender los procesos de descomposición a través de la creación de nueva vida.